viernes, 23 de abril de 2010

EMBAJADA MORA

General-
Que formen todas las huestes
con sus armas victoriosas,
y al frente los capitanes,
orgullosos de sus tropas.
Hoy nos cabe el gran honor,
de tener una embajada,
hoy nos hincha el corazón,
buenas nuevas de Granada.
En gran medida nos honra,
disponer de su presencia,
las buenas que vos traéis,
nos despierta la impaciencia.

Embajador-
Victorioso y gran guerrero,
admirado general,
dejadme tal privilegio,
si alguien se tiene que honrar.

General-
Ya mi noble y gran Señor,
mi gente está preparada,
henchida de gran valor,
esperando su embajada.

Embajador-
Capitanes de las tropas,
del orgullo de Granada,
hoy me dirijo a vosotros,
y a toda vuestra mesnada.
El Albaicín suspiraba,
cuando vio vuestra partida,
y hasta la Sierra Nevada,
ha quedado malherida.
La Alpujarra está llorando,
la Alhambra, sin compañía,
y ha quedado sin aliento,
la rica Alcaicería.
En todas partes se palpa,
que falta vuestra presencia,
hasta el Genil se sonroja,
cuando nota vuestra ausencia.
Pero antes que volváis,
traigo nuevas de Granada,
la más bella, la añorada,
la ciudad más apreciada.
Nuestro Rey, Abu-l-Hasán,
el mayor de los creyentes,
me envía en embajada,
a lo mejor de sus gentes.
Con vosotros quiere estar,
en esta empresa sagrada,
para lo cual hace días,
que partió desde Granada.
Mañana, tengo noticias,
es posible su llegada,
para luchar con vosotros,
blandiendo su fiera espada.
Pero antes que aquí llegue,
este “Alma Generosa”,
le envía sus deseos,
a esta tropa poderosa.
Que os aliente en esta guerra,
contra el castellano cruel,
que en pié no quede nada,
que le recuerde al infiel.
No ceséis de asaltar
y arrasar sus baluartes,
que tiemblen cuando nos vean,
asomar los estandartes.
Han de pagar con su sangre,
su temerosa insolencia,
han de besar nuestros pies,
por tanta desobediencia.
Sabed mis bravos guerreros,
a lo que aquí somos venidos,
destruir Cieza y sus campos,
solo quiero muertos o rendidos.
Más de mil leones somos,
ellos simplemente vasallos,
que solo trabajan la tierra,
que pisaran nuestros caballos.
Allí se divisa Cieza,
lástima de hermosa villa,
ya que nadie allí se espera,
el perder tal maravilla.
Hermosa villa digo,
de belleza seductora,
vosotros mismos la veis,
¡ que inocencia atesora ¡.
El Segura besa sus pies,
y le rinde vasallaje,
como queriendo expresar,
la esbeltez de su linaje.
Miradla sobre la loma,
desprotegida y confiada,
nadie allí se imagina,
el horror de nuestra espada.
De fiestas dicen que están,
adorando a su Cruz,
la fe de que presumen,
la romperá nuestro arcabuz.
Ejercito de Granada,
desde este nuestro asiento,
yo levantaré mi alfanje,
para infringir sufrimiento ¡.
Pero hoy mi “furia de Allah”,
no temáis, despejad vuestra mente,
porque todo ocurrirá mañana,
¡ mañana cruzamos el puente !



Autor: Mariano Martínez Béjar

No hay comentarios:

Publicar un comentario