lunes, 16 de agosto de 2010

REVISTA FERIA 2010: LA TORRE Y LA ERMITA

LA TORRE Y LA ERMITA.

Antonio Ballesteros Baldrich.



Aunque el título de este artículo pueda parecer el de una leyenda de corte romántico, lo cierto es que se trata de un intento de aproximación documental a una historia, que esta si, con visos de leyenda ha hecho fortuna desde hace muchos años.
La torre se refiere a la Torre del homenaje de la antigua fortaleza que se erigió en Cieza a partir de 1479 tras el sangriento asalto nazarí de 1477 y que se justificó por ser Cieza: “un lugar sin ningún muro ni casa fuerte”. (1)
La ermita es la de nuestro Santo Patrón, San Bartolomé,… “y el patrón de esta villa es el glorioso Apóstol San Bartolomé, que habiendo tempestades se saca su imagen en unas andas y se ha visto cesar dichas tempestades mediante su intercesión” (2), coqueta y recóndita, constituye un elemento característico en el entramado urbano de la antigua Cieza.
Si se acercan a la plaza de San Bartolomé y se aproximan a su ermita encuentran en su fachada una placa informativa que nos señala: “Torre de homenaje de la antigua fortaleza medieval mandada construir por la Orden de Santiago y los Reyes Católicos”. Esta reseña que identifica la ermita con la antigua torre del homenaje de la fortaleza, hizo fortuna y a partir de esta no hay ningún texto referido a Cieza en que este dato no aparezca. Estas líneas intentaran demostrar que le ermita y la torre son dos edificaciones diferentes.
El origen de esta errónea interpretación, cabe pensar, que parte de una información que nos da el P. Salmerón en su celebre historia en la que nos refiere, citando una visita que la Orden de Santiago hace a Cieza en 1500: … “(los visitadores)… encontraron un oratorio que había en la fortaleza en un retraimiento de una sala que iba desde la torre de homenaje al adarve, el cual oratorio tenía un retablo bien ataviado”, (3) y sin más se deduce que este oratorio sería el origen de la ermita. Pero la presencia de un oratorio era un hecho muy común en las mansiones señoriales (y la fortaleza era la residencia del comendador, el señor) que disponían de estas capillas privadas para su uso personal como se puede constatar en otras casonas de la hidalguía ciezana que también contaban entre sus dependencias con estos oratorios, sin que ello llevara implícito que sobre ellos se erigieran posteriormente ningún tipo de edificio religioso.
Así que vayamos por partes:

1.- La Ermita.

Desde que se instituyó la Cieza cristiana en su actual asentamiento tras el abandono de la Siyâsa musulmana a finales del siglo XIII, se erigiría una modesta iglesia para la atención religiosa de sus moradores. De esta iglesia tenemos conocimiento de su existencia por otra visita de la Orden de Santiago del año 1481 en la que los santiaguistas manifiestan que: “la Orden ha tornado a reedificar de nuevo la iglesia” (4) refiriéndose a la más que plausible destrucción de la misma con motivo del asalto granadino de 1477. Esta primitiva iglesia sería abandonada con motivo de la erección de una nueva iglesia, la de Santa María Madre de Dios, más amplia y más acorde con el crecimiento demográfico de la villa y que cabría datarla a principios del siglo XVI. Pero la antigua iglesia todavía permanecería lo suficientemente conservada como para que en 1579, según las Relaciones Topográficas de Felipe II:… “se acostumbrara a ir en procesión el día de los difuntos desde la iglesia nueva que de presente hay en esta villa hasta la iglesia vieja, que era en la plaza de la fortaleza que decían el cortijo, y se dicen muchos responsos y se hacen grandes ofrendas por las almas que allí murieron” (5). El paulatino abandono y deterioro definitivo de la vieja iglesia conllevaría a aprovechar sus restos para la edificación de una ermita donde honrar a San Bartolomé con el suficiente decoro y decencia que este se merecía. Esta idea aparece por lo menos a principio del siglo XVII, pues en 1611 una manda testamentaria manifiesta que: “si se hiciese la ermita de San Bartolomé de ésta villa, se den para la obra diez ducados de limosna”, y la ermita se realizaría por cuanto en 1630 otra manda testamentaria lega: “doce reales a la ermita de San Bartolomé” (6). Sobre esta primitiva ermita se reedificaría a partir de 1714 la que ha llegado hasta nuestros días: “En inteligencia de estar ajustadas la obra y conjuratorio del Seños San Bartolomé Patrón de esta villa con el pacto de haber de concurrir vecinos a portear y juntar los materiales conducentes a la obra” (7).Y además para aclarar cualquier duda el mismo Padre Salmerón en su historia, nos informa que: “la iglesia antigua estaba en la orilla de la villa a la parte de poniente donde está ahora la ermita de San Bartolomé” (8)

2.- La Torre de Homenaje.
Sobre la fortaleza y su torre de homenaje la fuente de datos es, si cabe, más numerosa (La torre del homenaje es por definición la torre más fuerte de una fortaleza). Ya se ha referido que el motivo de la construcción de esta fortaleza es consecuencia del sangriento ataque de 1477. El 3 de abril de 1479 se recibe en Murcia una petición del concejo de Cieza y una carta del comendador solicitando ayuda para la construcción de una fortaleza en la villa. El nuevo comendador Juan Pérez de Barradas tiene como objetivo construir una fortaleza para proteger a los vecinos y evitar desastres como el ocurrido. (9)
En 1481 la obra ya está bastante avanzada, los visitadores de la Orden de santiago que hacen la visita ese año nos señalan: “visitaron la fortaleza de la dicha villa de Cieza (…) está una torre comenzada a obrar muy bien, la cual ya tiene una bóveda hecha y va de la segunda bóveda bien obrada” (…) la cual dicha fortaleza está obrada por el comendador” (10)
En 1495 los visitadores encuentran la fortaleza totalmente terminada: “Barrera en cuadro con un torreón en cada esquina, en su interior la torre de homenaje, con almenas, troneras y saeteras” (11).Pero a estas alturas la fortaleza ha perdido utilidad. La caída en 1492 del Reino de Granada significa el fin del peligro de los ataques musulmanes, con lo que la fortificación se va sumiendo en un continuo deterioro, abandonada, se desmoronan los torreones y murallas, quedando solamente la torre del homenaje como exponente del poder señorial de la Orden de Santiago sobre la villa. Este es otro aspecto que invalidaría el hipotético aprovechamiento de la torre del homenaje como posterior ermita, pues la fortaleza es propiedad de la Orden de Santiago desde su construcción, de hecho existía un contrato jurídico que reconocía por parte del concejo la propiedad y el mantenimiento de la misma al comendador de la orden, y esta nunca cedería ninguna de sus propiedades para uso y disfrute de la villa.
De la torre del homenaje hay constancia de diferentes obras de reparación en ella que, asumiendo genéricamente el nombre del conjunto de la antigua fortaleza daría nombre al barrio que la circundaba y que ha llegado hasta nuestros días. En 1592 se contrata al maestro alarife Pedro de Montesono para hacer diferentes reparaciones en el “fuerte de la fortaleza”de Cieza y en 1619 es Juan de Lauzendi quien se encarga de la realización de diferentes puertas y ventanas para la misma (12). A mediados del siglo XIX la torre todavía permanece con la suficiente prestancia como para que Madoz nos la describa como una “torre cuyos fuertes paredones y residuos de almenas testifican en el día la solidez de su tiempo” (13) y todavía quedan los restos de esta antigua torre en forma de tres ruinosos paredones sumidos en el más absoluto de los abandonos sin que hasta ahora se vislumbre ningún intento de rehabilitación, en menosprecio de un elemento que fue fundamental para que Cieza volviera a resurgir ( Estos restos se pueden ver en el Muro, a espaldas de la casa de la Encomienda).
Concluyendo y expresándonos en términos genuinamente ciezanos: “cá cosa es cá cosa” y “cá uno es cá uno”. La ermita es la ermita y la torre de homenaje (lo que queda de ella) es la torre de homenaje y no tienen en común entre ellas más que su vecindad y el representar dos elementos fundamentales de la Historia de Cieza.
NOTAS.



  1. CASCALES, F.- Discursos de la Muy noble y Muy leal Ciudad de Murcia. Ed. facsimilar de 1775. Valladolid. 2007. Pág.284.

  2. CAPDEVILA, R. M.- Historia de la Muy noble y Muy leal villa, hoy Excelentísima Ciudad de Cieza. Murcia 1928. Pág. 57.

  3. SALMERON, F. P.- La antigua Carteia o Carcesa, hoy Cieza, villa del Reyno de Murcia. Madrid 1777. Pág. 107.

  4. EIROA RODRIGUEZ, J.- Las visitas de la Orden de Santiago a los territorios de la Región de Murcia en el siglo XV. Murcia 2006. Pág.

  5. CAPDEVILA, R. M.- Op.Cit. Pág. 47.

  6. GOMEZ RUBIO, J.- “La devoción a San Bartolomé”. Programa de Feria y Fiestas. Cieza 2003.

  7. MARIN CANO, A.-San Bartolomé Patrón de Cieza (Siglos XVI-XXI). Aproximación a la Historia de Cieza a través de sus Ferias y Fiestas. Cieza 2004. Pág. 288.

  8. SALMERON, F. P.- Op.Cit. Pág. 132.

  9. GARCIA DIAZ, I.- El saqueo de Cieza de 1477. Historia y leyenda .Cieza 2006.Pág. 42
(10)EIROA RODRIGUEZ, J.- Op. Cit. Pág.
(11)TORRES FONTES, J.- Murcia Reino de Frontera. Castillos y torreones de la Región Alicante 1998. Pág. 130.
(12)LISON HERNANDEZ, L.- “Catálogo alfabético de artistas y artífices desde Archena a Cieza” (Ss. XVI-XIX). I Congreso Turístico-cultural Valle de Ricote. Abaran. 2002. Págs. 27-54.
(13)MADOZ, P.- Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar. Tomo VI. Madrid. 1848-52. Ed. Facsimilar 1989. Págs. 91-95





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